El pasado fin de semana 14-15, a Mica le volvieron a brillar los ojos haciendo lo que mas le gusta. Todo empezó el viernes por la tarde, cuando nos reunimos con unos apasionados del Gos d’atura Català y dirección a la Jonquera nos fuimos para Francia destino a Corniou les Gruttes, dentro del parque natural du Haut-Languedoc.
Llegamos ya de noche por lo que no podíamos apreciar lo espectacular que era ese lugar, allí ya nos esperaba Ann, Bob y Jean Michel al cabo de un rato llegó Lorene. Cenamos y luego estuvimos hablando durante un buen rato de lo que íbamos a hacer ese fin de semana y también haciendo muchas preguntas y dudas sobre el perro de pastoreo.
Al día siguiente al despertar, nos dimos cuenta de donde nos encontrábamos, en una granja algo rustica pero con mucho encanto y miraras por donde miraras la tierra estaba forrada de césped u otras plantitas, estaba lleno de árboles centenarios muy grandes, también había un lago a pocos metros que le daba un encanto especial al lugar.
Aqui dormiamosLo mejor de todo es que el curso se hacia en uno de los muchos campos de la granja, con sus propias ovejas. Tenían unas 400, pero solo usábamos unas cuantas que íbamos cambiando cuando estaban cansadas. Las ovejas eran de una raza autóctona de la zona (Noire du Velay), son un poco mas pequeñas de las que estamos acostumbrados y de color negro, algunas con la puntita de la cola blanca.
Utilizavan estos burros y la Llama para proteger a las ovejas.
El curso ha sido muy interesante y algo diferente a lo que Mica y yo estábamos acostumbradas, desde mi punto de vista ha sido el mejor de todos los que hemos hecho. Me he dado cuenta de muchas cosas que ni pensaba y también de lo duro que es todo este mundo y lo mucho que se tiene que trabajar para tener buenos resultados.
En primer lugar quería agradecer al Grupo del Gos d’atura català ya que gracias a ellos pudimos hacer este curso con Jean Michel Jolly. El grupo esta haciendo un trabajo muy duro para fomentar de nuevo esta raza, para que no se pierda sus raíces y su talento natural ya que por desgracia hace años que en la Catalunya rural ya no se encuentran con tanta facilidad.
También quería agradecer a Ann y Bob por encontrar ese lugar tan especial y perfecto para realizar el curso. A Thèrése y a Ives por prestarnos las ovejas sin pedirnos nada a cambio y por su cálida acogida. Y finalmente a Jean Michel Jolly, que se arto de paciencia, para que las dos chicas de ciudad aprendieran algo mas. Jejeje
